Algo más arriba, en la zona del chakra del cuello, visualizamos una nueva esfera luminosa de un azul claro radiante. Tampoco te sientas aquí forzado por nada; ve avanzando siempre según tu propia medida interior, sin exagerar, pues en este ejercicio debes sentirte siempre bien.
Y nuestro viaje cromático a través del sistema de los chakras continúa: ahora nos encontramos por encima de la base de la nariz, delante de la frente. También aquí aplicamos primero un pequeño impulso cromático, esta vez de un profundo añil, y también aquí se desarrollará a simple vista una magnifica esfera de color radiante. Intentamos fijarla ante nuestro ojo interior lo más claramente posible. En este momento lo único que cuenta es la esfera radiante de color añil.
Y, por fin, la conclusión: el chakra coronal, de colores violeta y oro; la culminación de nuestro ejercicio. Visualizamos nuestro impulso cromático en el punto más elevado, en el centro y encima de nuestra cabeza. Y también aquí se desarrollan a partir de la pequeña chispa luminosa unos rayos dorados con luz violeta cada vez más claros. Tal vez esta luz brille con más magnificencia que ninguna de las otras.
Es un sentimiento maravilloso y exaltador el ser iluminado por esta corona luminosa. Dejamos que los rayos de esta luz iluminen todo el espacio hasta perderse en la lejanía.
Así hemos hecho irradiar a los siete chakras, y permanecemos todavía un tiempo en silencio antes de volver a abrir los ojos lentamente. Para esta meditación necesitaras aproximadamente 20 minutos.
Si después escuchas a tu interior, con toda seguridad constatarás que estás tranquilo y equilibrado, pero al mismo tiempo fuerte y lleno de fuerza interior y jovialidad, abierto y protegido, en tu centro y sin levantar los dos pies de la tierra. Tu espíritu ha abierto y equilibrado tus centros energéticos por medio de la vibración cromática visualizada. Así eres dueño de tu cuerpo, pero también de tu cuerpo no material. Esto es lo que has podido experimentar con toda claridad.
Es, efectivamente, una de las posibilidades más asombrosas para autosanar y armonizar cuerpo, espíritu y alma. En la mayoría de los casos, esta vía es mucho más rápida que acudir a la farmacia, y además es un camino natural que podrías recorrer tranquilamente dos veces al día. Naturalmente, esta visualización cromática puedes unirla muy bien con otras formas de terapias con chakras, como la terapia por el sonido, la aromaterapia, los ejercicios respiratorios, etcétera.
Te rogamos que no te quedes en una compresión intelectual, pues eso sería poco provechoso para ti. Sólo la propia experiencia, la auténtica vivencia interior, puede hacerte avanzar, y hacerlo de una forma maravillosa.
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