Como podrás observar, la llama central (chakra del corazón) mantiene un estrecho contacto con las restantes llamas (chakras), adoptando una posición central. Por así decirlo, el chakra del corazón posee una función de intermediación central.
Muchas tradiciones antiguas dedicaron una atención especial a este centro energético, y nosotros deberíamos incorporarlo a todas las terapias posibles. Sabemos de muchos practicantes de Reiki que, por la noche, se tumban en la cama y colocan ambas manos sobre el chakra del corazón, llegando incluso a dormirse en esta postura. Se trata de una aplicación del Reiki óptima para desarrollar las cualidades del corazón.
Los chakras que están estrechamente relacionados entre sí: El chakra radical con el chakra coronal. El chakra sacro con el chakra frontal. El chakra del plexo solar con el chakra del cuello. Para compensar los chakras, coloca simultáneamente tus manos sobre dos centros energéticos mutuamente relacionados: por ejemplo, una mano sobre el chakra radical y otra sobre el chakra coronal, o una mano sobre el chakra sacro y la otra sobre el chakra coronal, o, finalmente, una mano sobre el chakra del plexo solar y la otra sobre el chakra del cuello; también puedes, con ambas manos, hacer que la energía Reiki suba al chakra del corazón. Las manos deben dejarse sobre los chakras de tres a cinco minutos. Resulta curioso observar en silencio cómo se consuma el intercambio energético entre los chakras.
También puede ser interesante explorar una vez qué los chakras necesitan ser recargados con nueva energía vital cuando existan dolencias o enfermedades concretas.