Los chakras se han descrito como vértices o remolinos de fuerza o energía, como fondos de platos como ruedas de fuego, etc. Sin embargo, la estructura es más compleja. Se necesita comprender que la influencia de los tres pliegues de la Monada se refleja en el chakra, de manera que este último, en efecto, tendrá tres cualidades, niveles o hileras e pétalos (energía) que giran alrededor del Bindu permanecerá inactivo mientras las hileras externas de pétalos estarán muy activas; la segunda hilera estará en varios estados de desdoblamiento, y la hilera interna menos activa.
En el proceso de la evolución espiritual, las hileras de pétalos se vuelven activas; naturalmente la fila externa, que trata con la forma física y la actividad, estará muy activa; la segunda hilera que refleja el desarrollo del segundo principio o aspecto del amor, también estará activa hasta cierto punto, pero menos que la física, y por último el aspecto de la voluntad de la hilera interna es él último en desarrollarse.
Quienquiera que posea un ligero grado de clarividencia puede ver los chakra fácilmente en el doble etéreo, en cuya superficie aparecen en forma de depresiones semejantes a platillos o remolinos, y cuando están del todo desenvuelto parecen circulo de uno cinco centímetro de diámetros que brillan mortecinamente en el hombre vulgar.
Pero que al excitarse vívidamente, aumenta de tamaño y se les ve como refulgentes torbellinos en forma diminutos soles.
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